El cuerpo asimila de forma lenta los almidones que contienen los carbohidratos complejos, ya que poseen una sustancia llamada almidón resistente. Este tipo de carbohidrato al no digerirse en el intestino delgado, es fermentado por la flora intestinal, estimulando así el aumento y las actividades de las bacterias que favorecen las funciones del intestino. El almidón trae entre otros beneficios la disminución del riesgo de elevar en exceso el azúcar en la sangre, y produciendo una sensación de saciedad que evita la necesidad de “comer” entre comidas. Hay que recordar que el organismo almacena la energía que no necesita en forma de tejido adiposo, por lo tanto es importante moderar las porciones de carbohidratos almidonados para mantener una dieta sana y balanceada.

Alimentos que contienen almidón
Una fuente muy sana donde se encuentra el almidón es en los vegetales (papa, batata, calabacín, maíz), producto de la fotosíntesis que estas realizan. Otra fuente son los almidones procesados que se encuentran en productos hechos en panaderías como panes, galletas y otros dulces. Sin embargo, estos no son muy recomendados por la gran cantidad de azúcares que contienen.
Los granos integrales como la avena, la cebada o el arroz tienen un alto contenido de almidón. Este tipo de alimentos son especialmente beneficiosos para aquellas personas que sufren de diabetes, debido a su aporte a nivel nutricional al conservar las vitaminas y minerales que no pierden por el proceso de refinado, como sucede con otros alimentos. Otras opciones muy recomendables son la avena integral, la cebada integral, el arroz integral, el centeno integral, entre otros.
Las legumbres como las lentejas, los frijoles o los garbanzos además de ser una fuente de almidón, también aportan hierro, proteínas y fibras. Al consumir alimentos con almidón también se ingiere la fibra, con lo cual se evita el estreñimiento y permite una correcta función del sistema digestivo.

¿Entonces se deben eliminar por completo de la dieta los carbohidratos complejos? El almidón que poseen es una buena fuente de energías para el organismo y permite mantenerlo saciado por más tiempo. Lo ideal es que un plato de comida contengan entre 25 a 40% de carbohidratos almidonados, complementado con proteínas así como carbohidratos fibrosos. Es posible llevar una dieta variada donde se consuma todo tipo de alimento, pero cuidando las porciones durante cada comida y realizando una rutina de actividades físicas que permita al organismo quemar todas aquellas calorías que no necesite.