TÓMATE TU TIEMPO PARA MASTICAR Y COMER
De hecho, está comprobado que masticar bien los alimentos aumenta la termogénesis del cuerpo.
Si a eso le añades acompañar la comida con líquidos (nada mejor que el agua, porque te aporta cero calorías), entonces conseguirás activar más el metabolismo y lograrás bajar de peso rápido.
Así como el cuerpo envía una señal para decirte que debes comer, lo mismo pasa cuando el estómago recibe el aviso de que está lleno.
Cuando comes con calma y masticas varias veces la comida, el cerebro recibe una señal de saciedad, lo que te lleva a dejar de comer. Las personas que comen demasiado rápido no reciben ese mensaje de que deben parar, así que tienen más posibilidades de comer más de lo necesario.
BEBE SUFICIENTE AGUA EN EL DÍA
Mantenerte siempre hidratado te aporta muchos beneficios. Uno de ellos es que puedes controlar mejor tu apetito. Si tu cuerpo no recibe suficiente agua, empezarás a sentir más ganas de comer (sobre todo cosas dulces).
Si quieres más razones para tomar varios vasos de agua al día, un artículo publicado en The American Journal of Clinical Nutrition indica que hacer dieta mientras aumentas el consumo de agua, te ayuda a reducir el peso corporal después de 3 meses.
PRACTICA UNA ACTIVIDAD FÍSICA
Y es totalmente cierto. Los expertos recomiendan intercalar actividades de intensidad moderada, con actividades de intensidad vigorosa.
Para lograrlo, puedes implementar un entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) personalizado a tus gustos y necesidades.
Este tipo de entrenamiento mejora tu calidad de vida, la función cardíaca (así que disminuyes el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares), aumenta la capacidad de tu cuerpo para hacer ejercicio y te ayuda a bajar de peso rápidamente.
Cuentas con múltiples opciones para crear tu propia rutina de entrenamiento, desde inscribirte en un gym, hasta hacer ejercicio al aire libre.