El el caso de las proteínas, no importa cuál método se elija para cocinarlos, esto no va a reducir su valor proteico. La única diferencia radica en el cambio de textura. Por ejemplo, al cocinar un huevo duro, su aspecto gelatinoso cambiará volviéndose duro y compacto. | |
Cuando se trata de los carbohidratos, se cocinan diferente dependiendo si son carbohidratos simples o complejos. En el caso de los primeros (como la sucralosa que se encuentra presente en la superficie de las carnes o el pollo) al cocinarlos a la plancha, siendo esta la forma más sana, se derrite la sucralosa, creando una capa marrón similar al caramelo. En el caso de los segundos, la pasta es un buen ejemplo de los carbohidratos complejos, al contener almidón, absorben más el agua, con lo cual se ablandan y expanden. | |
Las grasas se derriten o cocinan mejor cuando son sometidas a calor (en este caso el horno microondas no es muy recomendado) de esta forma disminuye la cantidad de calorías que posee, además este proceso también hace que los alimentos se tornen blandos y flexibles. | |
En el caso de los almidones y ciertas fibras, al transformarlos a través de la cocina, su valor nutricional tiende a mejorar, pues aporta al cuerpo los nutrientes que se encuentran encerrados en la fibra endurecida. | |
En el caso de las leguminosas de grano, contienen enzimas que interfieren con otras que contribuyen a que el organismo asimile las proteínas, al someterlas al calor, esas enzimas se desactivan. Para evitar la pérdida de nutrientes durante la cocción, lo ideal es cocinar los alimentos al vapor, evitando así hervirlos, o también asarlos en vez de freírlos. | |
El calor no afecta los colores en alimentos como la zanahoria o los tomates, ya que estos contienen carotenoides, los cuales son los responsables de dar la pigmentación roja y amarilla. No sucede lo mismo con la carne, el color rojo es producto de la mioglobina y la hemoglobina, cuando se exponen al calor disminuye el contenido de oxígeno, cambiando su color a un tono marrón. |
¿Crudo es mejor? Existe la creencia que al consumir los alimentos crudos se aprovechan más sus nutrientes. En algunos casos esto no es muy saludable, por ejemplo las carnes, los huevos o el pollo pueden resultar peligrosos si no se cocinan adecuadamente.
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