Todos sabemos los efectos negativos que le aporta el azúcar a nuestro cuerpo: exceso de peso, acné, diabetes, enfermedadescardiovasculares… ¿Pero cómo podemos sacarla de nuestra dieta sin que implique tanto sacrificio?
A veces cuando estamos haciendo la compra ni siquiera nos fijamos en la fecha de vencimiento de los productos. ¡Y muchos tienen grandes cantidades de azúcar!, eso lo podemos saber cuando los ingredientes terminan en “osa” (fructosa, dextrosa, sucrosa, glucosa). Si nos fijamos bien en las etiquetas podemos comenzar a elegir productos con poca concentración de azúcar o que carezcan totalmente de ella.
Una vez que sepamos con certeza cuáles productos tienen menos calorías, podemos hacer una lista para sustituir aquellos que veníamos consumiendo y contenían muchas calorías. Si nos cuesta mucho al principio, podemos comprar porciones pequeñas para que el cuerpo se vaya acostumbrando poco a poco. ¡Las bebidas gaseosas y los jugos industriales quedan descartados! Podemos sustituirlos por agua (si tiene limón o canela mucho mejor, así perdemos peso también).
El azúcar es como la droga, en algún momento sentiremos los efectos de la abstinencia, y quizá por eso tendremos mucha necesidad de comer algo dulce. En esos casos lo mejor es optar por frutas frescas para saciar el antojo.
Si somos de las personas que organizan su plan de dieta semanal, podemos ponernos el resto de no comer alimentos con azúcar un par de días, luego por una semana, y así hasta conseguir sacarla totalmente de nuestra dieta.
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