¿Cuánto tiempo llevamos todos en casa? ¡Sinceramente perdimos la cuenta! Hemos hecho de todo. Limpiamos. Redecoramos. Aprendimos una receta nueva. Hicimos ejercicio. Vimos varias películas. Estamos aprendiendo un idioma nuevo…..aja…..todo muy bien. Pero vamos a ser sinceros. El ocio y el encierro pueden comenzar a agobiarnos.
En algún momento nos invadirán sentimientos un poco negativos. ¡Pero espera un minuto! Eso no tiene nada de malo, somos humanos. Es algo normal y hasta natural.
No podemos ignorar y encerrar en una caja emociones tan normales como la preocupación, la ansiedad, la tristeza o la molestia con uno mismo. Debemos sentirlas y vivirlas al igual que lo hacemos con emociones más positivas.
¿Por qué? Porque es una forma de drenar todo lo que llevamos por dentro. Si comenzamos a guardar sin controlar una válvula de escape, entonces lo único que conseguiremos será explotar como un globo, de forma impetuosa y desagradable.
O comenzaremos a enfermarnos. Una respuesta típica de nuestro cuerpo cuando nos quiere decir que algo no anda bien. ¡No tengamos miedo! Vamos a vivirlo. Vamos a controlar esos monstruos. Luchar con ellos no es malo, al contrario, nos da poder. Nos da control. Nos hace más fuertes.
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